22 de noviembre... dìa del musico
Hoy es día de Santa Cecilia, patrona de los mùsicos... aunque ignoro su historia... si recuerdo muy bien la mìa en los trastes de las notas.
comencé a estudiar música en el conservatorio y escuela de mùsica sacra J. Guadalupe Velazquez a la tierna edad de 16 primaveras. fue una etapa hermosisisima... conocì mucha gente, ganaba algo de dinero "hueseando", suficiente para mis camiones y gustitos de adolescente.
en un año de escuela avancè dos grados... vaya a saber usted que era bastante talentosilla, alias al terminar primero, pase a tercer grado. mi instrumento era el violìn y lo disfrutaba muchisimo, la escuela me lo prestaba, pues yo no tenìa el dinero para poder comprarme uno. tanto era mi avance que hasta me dejaban llevarmelo a mi casa para estudiar.
Conocì mucha gente linda, me gustaba mucho estar en los ensayos de coro porque realmente disfrutaba cantar y formar parte de la mùsica que se construia... con el coro conocì practicamente todas las iglesias y parrocos de la ciudad, conozco mucho sobre historia de la mùsica, diferentes estilos y épocas, instrumentos, tècnica...
Recuerdo que en esa etapa iba todos los viernes al concierto de la filarmónica, al principio con boletos de cortesía y después cuando ya eramos asunto conocido pasabamos de largo, a sentarnos en primera fila sin pagar. Cuando habìa conciertos especiales y la entrada se iba a poner dificil cambiabamos la estrategia a ir al ensayo por la mañana... que era lo mismo sólo con algunas interrupciones del director. Hasta llegamos a conocer músicos de la orquesta y hacer amistad con ellos.
Cuando cantabas en algunas iglesias era el comun que al terminar nos dieran de cenar... y como nos cocinaban las monjas o la viejita de la iglesia, todo era a llenar y muy rico. Creo que lo que màs me gustaba eran los tamales del templo de la congregaciòn. o las cenas de una señora en el pueblo de Bernal... nos recibìa como si fuera fiesta.
Cuando te dedicas a la mùsica las cosas no son fàciles, hay que tocar muchas muchas puertas. conozco mucha gente que vive de eso y vive muy bien... sobre todo feliz.
Desde que comencè a estudiarla quedé envenenada de la mùsica y creo que jamàs podrè vivir sin tenerla o disfrutarla... ya no la ejecuto con la disciplina que solìa hacerlo, pero siempre la tengo presente con mucho cariño.
La mùsica me abriò muchas puertas... y las sigue abriendo... sobre todo me abriò las del corazòn para expresarme. felicidades y enhorabuena para todos aquellos que la disfrutamos
comencé a estudiar música en el conservatorio y escuela de mùsica sacra J. Guadalupe Velazquez a la tierna edad de 16 primaveras. fue una etapa hermosisisima... conocì mucha gente, ganaba algo de dinero "hueseando", suficiente para mis camiones y gustitos de adolescente.
en un año de escuela avancè dos grados... vaya a saber usted que era bastante talentosilla, alias al terminar primero, pase a tercer grado. mi instrumento era el violìn y lo disfrutaba muchisimo, la escuela me lo prestaba, pues yo no tenìa el dinero para poder comprarme uno. tanto era mi avance que hasta me dejaban llevarmelo a mi casa para estudiar.
Conocì mucha gente linda, me gustaba mucho estar en los ensayos de coro porque realmente disfrutaba cantar y formar parte de la mùsica que se construia... con el coro conocì practicamente todas las iglesias y parrocos de la ciudad, conozco mucho sobre historia de la mùsica, diferentes estilos y épocas, instrumentos, tècnica...
Recuerdo que en esa etapa iba todos los viernes al concierto de la filarmónica, al principio con boletos de cortesía y después cuando ya eramos asunto conocido pasabamos de largo, a sentarnos en primera fila sin pagar. Cuando habìa conciertos especiales y la entrada se iba a poner dificil cambiabamos la estrategia a ir al ensayo por la mañana... que era lo mismo sólo con algunas interrupciones del director. Hasta llegamos a conocer músicos de la orquesta y hacer amistad con ellos.
Cuando cantabas en algunas iglesias era el comun que al terminar nos dieran de cenar... y como nos cocinaban las monjas o la viejita de la iglesia, todo era a llenar y muy rico. Creo que lo que màs me gustaba eran los tamales del templo de la congregaciòn. o las cenas de una señora en el pueblo de Bernal... nos recibìa como si fuera fiesta.
Cuando te dedicas a la mùsica las cosas no son fàciles, hay que tocar muchas muchas puertas. conozco mucha gente que vive de eso y vive muy bien... sobre todo feliz.
Desde que comencè a estudiarla quedé envenenada de la mùsica y creo que jamàs podrè vivir sin tenerla o disfrutarla... ya no la ejecuto con la disciplina que solìa hacerlo, pero siempre la tengo presente con mucho cariño.
La mùsica me abriò muchas puertas... y las sigue abriendo... sobre todo me abriò las del corazòn para expresarme. felicidades y enhorabuena para todos aquellos que la disfrutamos